jueves, diciembre 31, 2009

Lecturas 2009 - Zona del escribidor

Hace unos días recibí un mail del escritor Richar Primo, me pidió una lista de libros, que me hayan gustado en el 2009, para publicarla en su leído blog Zona del escribidor. Como ya hice un recuento de literatura peruana para lfdls, aproveché la ocasión para dejar constancia de algunos libros de autores extranjeros que devoré con placer.

También pueden encontrar las listas de Daniel Alarcón, Alonso Cueto, Fernando Ampuero, Jorge Eduardo Benavides y varios más.
A continuación, lo que le envíe a Richar:

Soy un lector nada sistemático al momento de escoger un libro. En este sentido me considero un lector de instinto.

En cuanto a las lecturas de este año, hice en mi blog un recuento de lo que considero ha sido lo más destacado en literatura peruana. Sin embargo, me gustaría ofrecer pequeñas semblanzas de algunos libros –no necesariamente del 2009- de literatura extranjera que he podido leer y releer. Los recomiendo con entusiasmo, con la esperanza de que los puedan disfrutar tanto o más que yo.

Incendios, de Richard Ford.
Todos conocemos la fama mundial de este visceral narrador norteamericano. Su prestigio a nivel mundial le debe mucho a sus novelas que componen La trilogía Frank Bascombe (El periodista deportivo, Día de la independencia y Acción de gracias). Incendios no tiene ligadura alguna con estas tres novelas. Es más, estamos ante un Ford de respiro carveriano, con el que nos relata el resquebrajamiento de una familia a causa de la infidelidad. Esta historia es contada por el narrador menos pensado: por Joe, el hijo de la pareja, que de adulto se exorciza, a través de la escritura, de los tres días que, en su adolescencia, vio a su madre querer, besar y hacer el amor con otro hombre. La prosa áspera de Ford explora la psicología de los protagonistas, en muchos pasajes Joe parece querer detenerse, sin embargo continua, sabiendo que el enfrentarse con sus recuerdos será la única manera de la que podrá librarse de las cadenas emocionales y por ende perdonar a sus padres y perdonarse. Incendios es una novela sobre la peor de las violencias: la violencia interna de los seres humanos.

Crónica sentimental en rojo, de Francisco González Ledesma.
Ganadora en 1984 del Premio Planeta de Novela, es hoy en día considerada un clásico contemporáneo de la novela policial en castellano. El narrador barcelonés nos perfila al policía Ricardo Méndez, a quien sus superiores, en vista de su pronta jubilación, le designan cuidar un exclusivo balneario de Barcelona. Sin embargo, cierta tarde encuentra en el patio de una casa de playa el pecho cercenado de una niña, este hallazgo es el punto de partida para una de las más desgarradoras crónicas sobre los cambios de poder en los años decisivos de la Transición. La leí hace varios años y regresé a sus páginas por la bien lograda configuración de los personajes, que en el caso específico de los policiales, resulta ser mucho más importante que el mero hecho de resolver un crimen.

El primo Pons, de Honoré de Balzac.
Se trata de la última novela de La comedia humana del glorioso escritor francés. Por mucho tiempo había permanecido catalogada como una novela menor, felizmente en estos últimos años se ha visto favorecida con ensayos y estudios críticos y nuevas ediciones que no dejan de agotarse. En esta novela se nos presenta al músico Pons, quien en su vejez se arrepiente de la vida monótona que ha llevado, de lo mucho que ha perdido por consagrarse a un arte del que solo aspiraba destacar como un músico competente, aceptable. Balzac había depositado todas sus esperanzas en esta novela, tenía seguridad de que iba a ser el libro que lo sacaría de la miseria, pero no fue así.

Dietario voluble, de Enrique Vila Matas
Publicación que considero especial, me hizo regresar a la obra del narrador catalán. Gracias al libro terminé afianzando mi gusto por los diarios literarios. Recomiendo su lectura porque es una muestra de las infinitas posibilidades narrativas que pueden ejercerse en un género –porque lo es- que poco a poco va ganando más adeptos.

Crematorio, de Rafael Chirbes
El valenciano Chirbes es un escritor de perfil bajo, no es un concurrente de los salones literarios de su país. Sin embargo, cada vez que publica sus libros son comentados y favorecidos por los lectores. Para nadie fue una sorpresa que Crematorio haya sido elegida por la crítica y los lectores como la mejor novela en España del 2007. Estamos ante una metáfora de la liberación por medio del dolor, por la que también tenemos una crítica feroz de la frivolidad del hombre de inicios del siglo XXI, entregado a los superfluos fines materiales debido a la galopante carencia de los valores del espíritu.

La trilogía Millennium, de Stieg Larsson
El sueco Larsson fue un digno hijo de Alejandro Dumas. No esperemos de él sorprendentes muestras de pirotecnia verbal, pero sí una estupenda destreza estructural digna de la mejor tradición de las novelas de aventuras, que tiene el único y noble objetivo de enganchar al lector. La trilogía está conformada por Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire. De las tres me quedo con la segunda novela, en ella Larsson se adentra en las razones que marcaron la vida de la protagonista la hacker Lisbeth Salander, las cuales están ligadas con un oscuro pasaje de su infancia.

Y una petición: leer todos, pero todos los libros de Philip Roth.

Imágenes: Incendios; y un nuevo fanático de Larsson: mi amigo Richi Lakra con los tres ladrillos de Millennium.
Publicado (y editado por cuestiones de espacio) en Zona del escribidor.

domingo, diciembre 27, 2009

Libros 2009 y algunas cosas más

Hasta hace unos meses tenía seguridad de que la producción literaria del 2009 estaba condenada a ser la más pobre de la década. Sin embargo, la mente abierta, el amor por la literatura, la mirada fría y la libertad de opinión, me permiten catalogar este año de aceptable, gracias principalmente a publicaciones que en algunos casos llegan a ser históricas.

Los libros que consignaré en los siguientes párrafos obedecen a una elección de lo mucho que he leído, a lo mejor se me escapen algunos títulos, y dejo en claro que este recuento no es un catastro. Confieso que llega un punto en que cuesta mucho elegir, pero me deja tranquilo saber que ante todo soy un lector de libros, no de personas.
Posiblemente se me acuse de ejercer preferencia en mi elección al libro del año, ya que durante más de dos años fui el editor adjunto de Revuelta Editores, pero el éxito merecidamente descomunal, y en buena lid sobre todo, de DEMOLER “Un viaje por la primera escena del rock en el Perú 1957 – 1975” de Carlos Torres Rotondo, me permite calificarlo como tal. DEMOLER es un libro que no solo ha venido siendo devorado por los amantes de la buena literatura, sino también por un público que poco o nada tenía que ver con ella. No extraña entonces que su edición de mil ejemplares se encuentre a poco de agotarse, cosa que no hay soslayar ya que este es uno de los pocos casos en el que la calidad calza con su irrefutable logro comercial. Además, DEMOLER abre las puertas, como todo referente fundacional, a que en un futuro se hagan más trabajos sobre los años maravillosos del rock nacional –considerado como uno de los mejores en el imaginario rockero hispanoamericano-, conformado por una alucinante generación de rockeros que hasta antes de esta publicación había permanecido en el más injusto de los olvidos. Por cierto: Torres Rotondo y José Carlos Yrigoyen anuncian para los próximos meses la salida de LA GUITARRA Y EL FUSIL, del que puedo decir, por ahora, que es un libro bomba que seguramente generará más de una encendida polémica.

En cuanto a las novelas, no tengo la más mínima duda de que todas las palmas son para CONFESIONES DE TAMARA FIOL (Alfaguara) de Miguel Gutiérrez. Acepto que la leí con no pocos meses de retraso. Semanas antes de sumergirme en la novela había escuchado muchos comentarios que la descalificaban por el poco nervio político de sus páginas. Pues bien, esas opiniones eran formuladas por aberrantes izquierdistas que no podían aceptar que el erotismo puede ser también un factor medular a la hora de forjar discursos ideológicos de mácula roja. Gutiérrez dejó de lado el hálito político recurrente en sus otras novelas y nos entregó una historia que se lee de un tirón, que tiene como base a un personaje femenino de antología, llena de carácter y dueña de un torrente sexual sin parangón. Al autor se le intentado denostar –apelando a criterios aneuronados- por firmar con la gente de Santillana, cuando lo cierto es que esta poderosa casa editorial es la que se beneficia en prestigio con un escritor de su talla, y más aún con la edición definitiva de LA VIOLENCIA DEL TIEMPO en Punto de Lectura, proyectada para el 2010.

No puedo dejar pasar los logros de dos novelas que por oscuras razones no tuvieron la difusión que debían: NO OLVIDES NUESTROS NOMBRES (San Marcos) de Karina Pacheco y ADIÓS AL BARRIO (Alfaguara – Serie Roja) de José Antonio Galloso. Aunque en el caso de Galloso acotemos que sí tuvo buena prensa, pero pocas reseñas, las que parecían ser textos volteados de la contratapa, debido, pienso, al prejuicio que todavía se tiene con los libros de corte juvenil.
Sobre la edición de novelas cortas. No me decido por nombrar a una como la mejor, lo que veo bien porque me lleva a destacar principalmente dos títulos que han gozado del favor de la prensa, la crítica y la buena onda de los lectores: MIGRACIONES (Altazor) de Víctor Coral y OTRA VIDA PARA DORIS KAPLAN (Borrador Editores) de Alina Gadea. Mencionemos también EL VIAJE QUE NUNCA TERMINA (A) de Carlos Calderón Fajardo, LIMA NORTE (Lustra) de Giovanni Anticona y EL COJO Y EL LOCO (Alfaguara) de Jaime Bayly.

En cuanto a la producción poética, no es ninguna sorpresa que el extraordinario poeta Enrique Verástegui se lleve todas las loas, eso sí: a ritmo de pichanga, con TEORÍA DE LOS CAMBIOS (Cascahuesos Editores – Sol Negro). No es lo mejor de su producción, claro está, pero vaya que más de uno disfrutó con este poemario irregular. Otros poemarios a tener en cuenta: AMANECIDAS VIOLETNAS DE MUNDOS (SN) de José Pancorvo, MATE DE CEDRÓN (CE) de Vladimir Herrera, NOCTURAMA (Álbum del Universo Bakterial) de Diego Otero, POSTPOP (Lustra) de Luisa Fernanda Lindo y ÁNGELES DETRÁS DE LA LLUVIA (Colección Húnikos) de Tulio Mora.

Días atrás algunos patitas me preguntaron cuál consideraba el mejor debut entre los nuevos poetas. Mi respuesta fue contundente (aunque suene injusta): “prefiero no contestar”. Lo que me permite dedicarle algunas líneas a un autor que es un verdadero tapadito y al que hay que seguirle la pista, de paso sirve de ejemplo de lo cerrado que puede ser Poetilandia a la hora de cobijar a sus miembros. Me refiero a Luis León y su ABSOLUTAMENTE NADA (Edición de Autor, 2008). No interesa si haya publicado el año pasado, me sorprende y fastidia el ninguneo atroz que ha experimentado un poemario de alta calidad –con las caídas naturales en todo debut- que nos revela a un poeta con buenas lecturas e innato talento. Los interesados pueden conseguir AN en las librerías Comentarios y El Virrey, en el centro de Lima.
Y lo más destacado en el género breve, pues han sido las nuevas las que han marcado la pauta; tres autores jóvenes confirman el interesante momento de la nueva camada de narradores peruanos: Juan Carlos Bondy, Martín Roldán Ruiz y Rossana Díaz Costa. Hago énfasis en este trío por tratarse de nombres que deben figurar sí o sí en toda muestra o antología de nueva narrativa peruana, tanto AYUDA POR TELÉFONO (Tierra Nueva) de Bondy, ESTE AMOR NO ES PARA COBARDES (Norma) de Roldán Ruiz y la edición definitiva (por lo tanto, nuevo libro) de LOS OLVIDADOS (NO LOS DE BUÑUEL, LOS MÍOS) (Estruendomudo) de Díaz Costa, reflejan los alcances del Asunto como piedra angular al momento de pergeñar ficciones que sacudan al lector.
Empecemos a seguir la producción de Orlando Mazeyra Guillén, narrador arequipeño que con su segundo título LA PROSPERIDAD RECLUSA (CE) ha superado con creces los defectos de su atendible primer libro. Que sea entonces un buen motivo para mirar, sin demagogia de por medio, lo que se está escribiendo más allá del cerrado circuito limeño. Mazeyra Guillén es un irrefutable ejemplo de que hay nuevos narradores de fuste y raza.
Tengamos también en cuenta los interesantes debuts de Yeniva Fernández con TRAMPAS PARA INCAUTOS (Revuelta Editores) y Jesús Jara Godoy con AMOR A QUEMARROPA (Casatomada).

Con justa razón se dice que una de las labores más peligrosas en los menesteres de la literatura es el armado de antologías. Como “algo” de experiencia tengo en el asunto, pues puedo decir que hay que ser un pésimo lector como para no elaborar una selección fuerte y coherente. A lo largo de la historia de la literatura peruana hemos tenido antologías sumamente importantes, como también de aquellas que se autosocavan por el amiguismo y el chocherismo. Felizmente en estos doce meses hemos tenido antologías interesantes, pero me quedo con dos de las que estoy seguro sobrevivirán al olvido: HORA ZERO. LOS BROCHES MAYORES DEL SONIDO (Fondo Editorial Cultura Peruana) de Tulio Mora y ANTOLOGÍA ÍNTIMA (C) de Carlos Calderón Fajardo. Ahora, si me preguntan con cuál me quedo, la tengo clara: con la de Calderón Fajardo. Ocurre que su selección personal nos permite tener un paneo de los distintos tópicos que ha abordado en más de treinta años de oficio, destacando en prácticamente todos. Como bien se anotó en su momento en una reseña de la revista Somos: CCF es uno de los mayores escritores latinoamericanos de la actualidad.

Espero no equivocarme, pero este 2009 ha sido muy generoso en ensayos, compilaciones periodísticas e híbridos. Las dos recomendables entregas de José Carlos Yrigoyen: LA HEGEMONÍA DE LO CONVERSACIONAL (L) y BREVE HISTORIA DEL FÚTBOL DE INDONESIA (Colección Underwood); ROSTROS DE MEMORIA (Fondo Editorial de la Universidad de Ciencias y Humanidades) de Pedro Escribano; EL SOÑADOR EN LA PENUMBRA (Fondo de Cultura Económica) de Alonso Cueto; CLAVES PARA LEER A CÉSAR VALLEJO (San Marcos) de Ricardo González Vigil; LA BESTIA TRICÉFALA (Hipocampo Editores) de Rodolfo Ybarra, Rafael Inocente y Arturo Delgado Galimberti y SABATORIO (Bisagra Editores) de Sandro Bossio Suárez.

Por su carácter polémico pero en especial honesto sobre el quehacer poético de estos últimos lustros, el ensayo LA HEGEMONÍA DE LO CONVERSACIONAL se yergue como el más representativo. La razón es la siguiente: podemos estar o no acuerdo con los puntos de vista de Yrigoyen sobre el devenir de la nueva poesía peruana, pero un gran punto determinante a su favor es que se trata del primer intento por brindarnos una radiografía cruda y necesaria de los alcances y taras de los poetas peruanos de la llamada Generación del 2000. Creo que es hora de desterrar el lustrabotismo, las lecturas interesadas, el maldito amiguismo y los tratos bajo la mesa que muchísimo daño le vienen haciendo a nuestra poesía desde los ochenta.


Editoriales

A diferencias de años anteriores, las transnacionales se pusieron las pilas, de alguna u otra manera han entregado publicaciones a tomar en cuenta; de estas destaca pues la edición de Planeta -Perú de los dos tomos de LA PALABRA DEL MUDO de Julio Ramón Ribeyro. Sin embargo, siguen siendo las editoriales independientes, las que siguen mostrando catálogos por demás atrayentes. Tanto transnacionales como independientes deberían aprender una de otra. Las primeras son serias en su logística y en su respeto por la persona del autor (aspecto importante que sirve para erradicar de una buena vez esa leyenda negra de los problemas entre editores y escritores, que simplemente no deben pasar ni mucho “justificarse” con la recurrente taradez de “eso pasa en las editoriales jóvenes”); las segundas en su buen ojo –no siempre- para elegir lo que publican.
Me gustaría expresar mi buena onda con la labor de las nuevas editoriales provenientes de provincias, como Tierra Nueva de Iquitos, Bisagra Editores de Huancayo y Cascahuesos de Arequipa. Basta ver el catálogo de estos tres sellos como para darme cuenta de que tienen buenos lectores en la dirección; por ejemplo: los libros de poesía de Cascahuesos y la línea narrativa de Bisagra, de la que recomiendo vivamente la reedición de PODERES SECRETOS de Miguel Gutiérrez.
De las editoriales de Lima la gris, pues algunas se han estancado, como Estruendomudo y Matalamanga (no se puede vivir del recuerdo), que desde hace buen rato no sacan obras de real interés, aunque seamos justos con la primera, que a mitad de año publicó el excelente libro de cuentos PÁJAROS EN LA BOCA, de la argentina Samanta Schweblin. Y saludemos la pujanza de Borrador Editores (todo un golazo la edición de LA ORDEN SECRETA DE LOS ORNITORRINCOS de la brasileña María Alzira Brum), de Casatomada por su apuesta por la colección Clásicos Peruanos Contemporáneos y de Altazor por su renacimiento con ediciones pulcras y un mercado ganado en muchas ciudades del interior. Sobre Altazor debo decir, y no lo hago en joda profética, que tiene toda la logística para convertirse en la mejor editorial del medio, lograrlo es ya cosa de su consejo editorial.

Ante la pregunta “¿Cuál ha sido la editorial del 2009?”, la respuesta la tengo desde hace meses. Se trata de Lustra Editores del poeta Víctor Ruiz Velazco. Si el mero hecho de apostar por la edición de libros es de por sí visto como una locura, el que se haga con una decisión visceral con libros de poesía es una actitud kamikase, actitud que nos permite reconciliarnos con la vida. Pues esa sana tendencia tanática se vio en el mes de marzo cuando esta editorial, en un acto sin precedente, lanzó al mercado la colección Piedra Sangre, compuesta por quince poemarios que nos permite tener un panorama de lo que es la nueva poesía peruana. Veo muy difícil que se supere un proyecto editorial como este, y si eso ocurre, pues será en veinte años.

Lo que sí me gustaría sugerirle a Ruiz Velazco es que para la próxima se rodee de lectores competentes. Todos reconocen la importancia de PS, pero de la selección de quince poetas solo quedan Diego Lazarte y Paul Guillén. Claro, puedo estar tremendamente errado, pero cumplo con mi conciencia decirlo, no hacerlo sería traicionarme y no valorar lo conseguido con justicia por el joven poeta y editor.

Blogs

De los blogs literarios tenemos varios de suma importancia, como la bitácora El Hablador y Notas Moleskine, pero no puedo dejar de reconocer la verdadera apuesta y amor por la literatura de Marea Cultural de Chimbote. Aplaudo la constancia de su director Augusto Rubio Acosta que, junto con el camarógrafo Milton Rojas, recorre muchas ciudades del Perú, en las que entrevista a los protagonistas de las movidas literarias y culturales. Estamos ante un axiomático ejemplo de apertura que muchos en la capital debemos seguir. (Nunca está demás, pero en vista de que hay mucho mal pensado, no faltará el que crea que esta designación obedece a que busco que Rubio Acosta me entreviste, pues bien, esa entrevista se dio en el mes de julio y le pedí que no la publicara.)
Bueno, eso es todo. Ojalá el 2010 sea un año provechoso.
Imágenes: DEMOLER, CONFESIONES DE TAMARA FIOL, ABSOLUTAMENTE NADA, ANTOLOGÍA ÍNTIMA, PIEDRA SANGRE y Augusto Rubio Acosta con Julio Ortega

Otros recuentos: Alonso Cueto (Peru 21), Javier Ágreda (La República), Caretas, Paul Guillén (Sol Negro), Ricardo González Vigil (El Comercio), Correo, Carlos M. Sotomayor (Letra Capital)

DEMOLER. Entrevista a Carlos Torres Rotondo (Domingo - La República)




“El rock peruano fue uno de los mejores de América Latina”




Demoler, un viaje personal por la primera escena del rock en el Perú. 1957-1975 es una rigurosa investigación sobre los grupos rockeros limeños de los años sesenta y setenta. Domingo conversó con Carlos Torres Rotondo (Lima, 1973), el autor de este fascinante libro que nos devuelve con todo su esplendor una historia perdida.
Entrevista de Alfredo Vanini



Tú afirmas que el rock peruano constituyó la escena más arriesgada e ignorada del continente. ¿Por qué?
–Mira, en América Latina se ha hecho un rock de altísima calidad. En Argentina principalmente, aunque también Uruguay y Chile. Pero como conjunto, la escena rockera peruana de esos años es casi una selección de cracks. Tenemos a Los Saicos, a Black Sugar, El Polen, Laghonia, los Belkings, todos grupos buenísimos. Pero de súbito hubo en el Perú un hiato histórico: entre 1975 y 1983 no hay casi grabaciones. El rock peruano, floreciente entre 1964 y 1975, regresa a las catacumbas. Hasta que en 1983, a partir del boom del rock argentino que influye en una escena pop comercial, por un lado, y por otro lado la movida subterránea, se forman dos escenas que corren paralelas y que son las que siguen hasta hoy. Estas escenas no conocían los grupos anteriores, no venían de esa tradición. Es una música excepcional que cayó en el olvido en el corto espacio de siete u ocho años.
–Vayamos hacia atrás: eran los años de Odría, aún no había televisión, pero sí había vida de barrio y pandillas rocanroleras. Y había cine. Y justamente todo parece empezar con los estrenos en Lima de “La pandilla salvaje”, de Lazlo Benedek, y de “Blackboard Jungle”, de Richard Brooks.
–Es un dato histórico relevante que se da en casi todos los países de América Latina: la moda juvenil llega a través de la radio y del cine. La influencia del cine en la juventud es sobre todo una actitud: Marlon Brando, James Dean. Con Odría nace aquí una clase media con un fuerte circuito de relación: las grandes unidades vecinales, las grandes unidades escolares. Una clase media que tiene su apogeo en los años setenta y que muere al final del primer gobierno de Alan García. Se concentraba en distritos como Magdalena, Breña, Jesús María, Lince, Pueblo Libre, de donde salen los primeros grupos de rock en Lima. Este ambiente se describe bien en “Los inocentes”, de Oswaldo Reynoso, donde se ven los primeros jóvenes rocanroleros…
–La llegada de la televisión al Perú amplifica esta primera escena del rock peruano.
–Los empresarios de la televisión se dieron cuenta de que había un público en los jóvenes. La programación televisiva de esa primera época se basaba casi enteramente en espectáculos musicales en vivo. Antes de que nazcan las bandas, ya había un público. Por eso la televisión peruana, por lo menos hasta 1969, les da mucha cobertura a los rockeros.
–Pero también a la “nueva ola” que nace casi al mismo tiempo. ¿Tenía la “nueva ola” más espacio que el rock en la televisión?
–Mucho más. Y llega antes que el rock. Pero las pandillas de rocanroleros no se sentían representados por esa nueva ola, y de ese descontento surgen Los Saicos. Ahora bien, ese proceso nueva ola-rock garage-psicodelia-fusión es un patrón que se repite en todas las primeras escenas del rock en los países de América Latina, en general.
–Las disqueras son fundamentales para el desarrollo de esta primera escena del rock peruano: estaba Mag principalmente, pero también El Virrey, Sono Radio. Estamos ya en 1964-65 y todos los grupos graban 45rpm lo que los hace muy populares.
–Las disqueras vieron en los grupos rockeros una buena inversión: salían en televisión, se presentaban en las matinales, viajaban a provincias. Se disputaban los grupos, sobre todo a Los Saicos, Los Yorks, Los Belkings. Recuerda que Lima era mucho más chica de lo que es hoy. Estamos hablando de una pequeña historia de cinco o seis barrios que constituían toda la red social de la Lima de ese tiempo: atraviesa de la clase media baja (Los Yorks) a la clase alta (Traffic Sound).
–“Demolición” de Los Saicos, la canción emblemática de esa primera escena rockera de los sesenta, fue grabada gracias a la intervención de una chica de 22 años llamada Rebeca Llave, personaje fundamental en esta historia. ¿Quién es ella?
–Es sin duda una personalidad importantísima de esta primera escena. Fue prácticamente la manager de Los Saicos: les armó toda la estructura organizativa, los hizo grabar en estudio, les consiguió contratos en las matinales, etc. Además es la pionera de lo que luego sería la producción independiente: Dis-Perú, su sello, era dirigido por una sola persona, ella, de apenas 22 años, en un medio tan conservador como la Lima de ese momento. Fue productora también de Jean Paul “el Troglodita” y de Los Golden Boys.
–Uno de los reproches más fuertes que le hace el otro gran momento del rock peruano, la escena subterránea de la primera mitad de los años ochenta, a esa primera escena rockera es que cantaban en inglés.
–El uso del idioma inglés es algo que no sólo pasaba en el Perú, sino a nivel continental. El mejor grupo psicodélico chileno de la época, los Vidrios Quebrados, sacaron un solo disco, y en inglés. En México, uno de los mejores grupos mexicanos llamado La revolución de Emiliano Zapata cantaba en inglés. Hay que pensar con la mentalidad de su tiempo: muchos rockeros de la época psicodélica, es decir, de la segunda mitad de los sesenta, creían que lo purista era cantar en inglés. Salvo en la Argentina, que zanjaron muy tempranamente ese asunto, todos los grupos de los años sesenta en América Latina cantan en inglés. Para los grupos peruanos de esa época era, además, tener una actitud, distinguirse de los nuevaoleros. Hay que situarse en el contexto…
Pero, ojo, hacia el final de esta historia, años 1973-74, muchos grupos empiezan a cantar de nuevo en español: Gerardo Manuel, El Polen, etc.
–Tú afirmas en tu libro que existen verdaderas obras maestras en este periodo del rock peruano: “Vudu”, de Jean Paul “el troglodita”, “¿Quién es el mayor?”, de Gerardo Manuel. ¿Tanto así?
–Sí. En primer lugar porque hay una suerte de anticipación: esos rockeros peruanos eran como pararrayos. Si escuchas “Guayaba”, del maestro Lucho Macedo con Carlos Maldonado, grabado en 1967, te va a sonar exactamente igual a Santana cuyo primer disco fue grabado …¡en 1969! No estoy diciendo que lo inventaron, pero sí que captaron las ondas desde esta lejana esquina del mundo llamada Perú, desde la “periferia”. Hay que tener en cuenta que aquí se graban discos con un sonido que no existía en ninguna parte del mundo en ese momento.
–En octubre de 1968 llega Velasco y toma el poder un gobierno militar que hace suyas muchas reivindicaciones de la izquierda y que es ciertamente muy distinto a las dictaduras de derecha que asolaron Sudamérica en años posteriores. Contrariamente a lo que se piensa, el rock no fue reprimido…
–No solo no fue reprimido, sino que son los años en los que se hace la mejor música en el Perú: surgen nuevos y grandes grupos psicodélicos. Y grupos que empezaron antes llegan a su madurez durante el gobierno de Velasco. A pesar de lo que se ha repetido y se sigue repitiendo, no hubo una política de Estado contra el rock. En esta época nacen, tocan en público y graban Black Sugar, El Álamo, Telegraph Avenue, Traffic Sound, The (St. Thomas) Pepper Smelters, Laghonia, Pax, Tarkus, etc… ¡la edad de oro del rock peruano!
–Entonces, si no es por culpa de Velasco, como se ha dicho hasta el hastío, ¿por qué enmudece el rock peruano, súbitamente, en 1975?
–Por una serie de factores sociales y personales. Primero, a nivel mundial hay un agotamiento de lo que se llama la contracultura clásica. El resultado de este agotamiento está marcado por el nacimiento del punk, del disco, etc. A nivel local, sucede que otros sectores sociales distintos a los de la clase media tradicional comienzan a tomar un lugar importante en la arena pública. Y de otro lado, gran parte de los músicos dejan los grupos para seguir una carrera universitaria, que era el camino natural de todo joven de la burguesía clasemediera de esa época. Y muchos viajan.
–Otros hacen un viraje hacia la canción protesta, como los hermanos Pereyra de El Polen…
–Y Walter Paz de Los Yorks, quien forma parte del movimiento promovido por Celso Garrido Lecca de la “Nueva canción latinoamericana”. Ahora bien, no olvidemos que durante la segunda mitad de los años setenta casi toda América Latina es un cementerio de dictaduras de derecha, incluyendo la llamada “segunda fase” con Morales Bermúdez que fueron realmente años de plomo en el Perú. Fue allí cuando el rock peruano sufre su peor momento.
–Última pregunta: ¿qué ganaríamos reeditando todos estos discos de rock peruano de los años sesenta y setenta?
–Se ganaría una tradición para la música del presente, para el rock peruano que se hace hoy. Todo arte es un diálogo directo con una tradición, si no la tienes, estás en una desventaja. Con una tradición de este tipo, y hablo del rock peruano, tú puedes hoy tener una actitud, no sufrir de complejos de inferioridad. Es importante saber que vienes de una tradición, aunque sea para transgredirla. Lo terrible es que no haya una tradición, y es esto lo que ha pasado en el Perú con el rock, y pasa con muchas otras cosas más.

sábado, diciembre 26, 2009

Rubem Fonseca


¿Por qué le permití venir? ¿Por la suave consistencia de sus muslos, que había sentido, comcupiscente, en el Jardín Botánico, al apoyar sobre ellos mi cabeza? ¿Por su madurez, aún lozana, que contrastaba con la juventud radiante de Clorinda? ¿Por la curiosidad, el ansia de descubrimiento? Como dice un personaje de uno de mis libros, el deseo de saber y develar es la primera y la última pasión de las grandes mentes. Gracias a ese anhelo se crearon las mayores obras de arte e inventaron la Internet.

(De: DIARIO DE UN LIBERTINO. Norma, 2007)
Imagen tomada de aquí

jueves, diciembre 24, 2009

Matthew Pearl - EL ÚLTIMO DICKENS



Nunca he comprendido bien el enorme prejuicio que muchos amos y señores de las letras tratan con desdén a los best sellers. Mucho menos el ánimo posero que muchos amigos y conocidos de oficio que los catalogan de narrativa menor.

Felizmente yo no me hago problemas. Me gusta leer ante todo y puedo disfrutar por igual de los libros de Stieg Larsson, John Le Carré, Stephen King y Arturo Pérez Reverte, de la misma manera con los de Enrique Vila Matas, Claudio Magris, Juan José Saer y Enrique Prochazka.
Debemos comenzar a ser desprejuiciados con las novelas de divertimento. Claro, hay de las buenas y de las buenas. Es la ley de literatura. Pero si dejamos que el prejuicio nos lleve a bajarles el dedo sin ni siquiera haberlas leído, pues nos estaríamos perdiendo de mucho.
Uno de los autores de novelas de divertimento es el norteamericano Matthew Pearl, conocido mundialmente por sus novelas EL CLUB DANTE y LA SOMBRA DE POE, a quien tuve la suerte de entrevistar hace algunos años. Como puede colegirse de sus títulos, es la figura de los grandes escritores lo que llamó su atención para tejer planos narrativos en los que se cruzan la devoción libresca con el sendero de la novelística detectivesca. Ambas ambientadas en el siglo de la novela, el XIX


 
Aquella vez que lo entrevisté, quise saber si su próximo libro también abordaría a un gran escritor. Pensé que sería uno del XIX, pero no lo mencioné. Veamos:

Asumo que estás escribiendo una tercera novela, pero quisiera saber si esta se desarrolla alrededor de un escritor, como se vio con los casos de Dante y Poe.
Mi tercera novela también gira alrededor de un gran escritor del siglo diecinueve, en ella combino la historia literaria con el drama de misterio. Veo a esta tercera novela como el complemento de una trilogía de novelas que abordan a personajes de la historia literaria. Y después de esta, tengo en mente experimentar con argumentos muy distintos.
Y bueno, hace poco más de un mes salió al mercado la traducción de esa tercera entrega, que tiene como motivo temático a un referente indiscutible del siglo de la novela. EL ÚLTIMO DICKENS (Alfaguara).
Ojalá que los amigos de Alfaguara –Perú no demoren mucho en colocarla en librerías limeñas. De ser así, tienen en este blogger un fijo comprador.
Imagen, Matthew Pearl

martes, diciembre 22, 2009

CORTÁZAR, APUNTES PARA UN DOCUMENTAL



A pocos días para la Noche Buena, encuentro involuntariamente un regalo para los lectores de lfdls. CORTÁZAR, APUNTES PARA UN DOCUMENTAL (2001).

Seguramente muchos ya tienen idea de qué va esta película de Eduardo Montes-Bradley.
De parte de muchos cortazarianos había escuchado las más extasiadas opiniones y por más que me las agenciaba no daba con el documental, hasta esta madrugada. Lo acabo de ver y debo decir que es extraordinario. En él se analizan los motivos que llevaron a Cortázar abrazar el compromiso ideológico de izquierda luego de su viaje a Cuba en 1963, hecho que terminó cambiando radicalmente su obra.
En el documental se recogen los testimonios de Juan Carlos Onetti, Sergio Ramírez, Ernesto Cardenal, Alejo Carpentier, Octavio Paz, Juan Madrid y muchos más.
Imperdible.

lunes, diciembre 21, 2009

Discurso de Mario Vargas Llosa - Museo de la Memoria




Encuentro en mi bandeja de Yahoo un envío de David Abanto tomado del diario La República. Se trata del discurso que Mario Vargas Llosa leyó en la inauguración del Museo de la Memoria. No tengo la más mínima duda de que el novelista es la persona idónea para llevar a cabo tan necesario proyecto contra el olvido colectivo por la sangre derramada en la guerra interna que azotó a todos los peruanos. Por el momento, es todo lo que diré al respecto.


“Que sea casa de todos los peruanos”
Agradezco a ustedes honrar con su presencia esta ceremonia. Se trata de un acto sencillo pero de alto significado cívico y simbólico mediante el cual el Perú decide enfrentar una experiencia dolorosa de su pasado reciente con espíritu crítico y la voluntad de trascenderla de modo que no vuelva a repetirse.
El Museo de la Memoria no será una institución arqueológica destinada solo a preservar el pasado sino algo vivo y actual, un lugar de exposición, estudio, diálogo y reflexión que sirva para reforzar nuestras instituciones, promover la paz y la convivencia entre los peruanos, y enseñe a las nuevas generaciones los estragos que causan el fanatismo ideológico y la transgresión de la ley.
Para ninguno es un secreto que la creación de este Museo o lugar de la Memoria ha sido y es objeto de temores y controversias que me gustaría, una vez más, tratar de disipar. Sé, desde luego, que no voy a convencer a quienes tienen las manos manchadas de sangre porque cometieron crímenes intolerables para cualquier conciencia civilizada ni a sus cómplices.
Pero ellos son una pequeña minoría. Me dirijo sobre todo a esas peruanas y peruanos honestos y bienintencionados a quienes una campaña impregnada de exageraciones y mentiras ha hecho creer que el Museo de la Memoria servirá para atenuar o justificar el terrorismo de Sendero Luminoso o del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, para atacar y desacreditar al Ejército, o para servir de refugio y tapadera a extremistas que, blandiendo el pretexto de los Derechos Humanos, quisieran acabar con nuestra precaria democracia.
Nada de eso es cierto. Todo eso es falso de toda falsedad. Por el contrario, el Lugar de la Memoria servirá para mostrar, con rigor y elocuencia, la responsabilidad primera y mayor de Sendero Luminoso y su demencial ideología maoísta fundamentalista en el estallido de la violencia política que llenó de sangre, de muertos y de injusticia nuestra Patria a partir de 1980, justamente cuando el Perú recuperaba la libertad y el Estado de Derecho luego de doce años de dictadura militar.
Este hecho, la responsabilidad del terrorismo de Sendero, el MRTA y otros grupúsculos fanáticos, en la tragedia que vivió el Perú en aquellos años, quedó probado hasta la saciedad en la investigación, muy injustamente criticada, que llevó a cabo la Comisión de la Verdad que presidió el doctor Salomón Lerner y que muchos de cuyos objetores –dicho sea de paso– no se han preocupado siquiera de leer.
No digo que no haya en ella vacíos o errores. Digo que, si los hubo, no fueron errores y vacíos de mala fe, sino de falta de tiempo, de recursos o de testimonios.
Y, precisamente, el archivo del Museo de la Memoria enriquecerá y perfeccionará con el concurso de todos los peruanos, sin excepción, el estudio de ese pasado trágico para entender sus causas, corregirlas e impedir que se repitan como una pesadilla recurrente en los años venideros.
Es verdad que, en la lucha contra el terror, se cometieron crímenes intolerables contra los derechos humanos que un Estado de Derecho y una conciencia democrática no pueden excusar ni silenciar. Ocurrió porque ni nuestra sociedad ni nuestras instituciones estaban preparadas para librar una guerra tan feroz y tan cruel como la que desataron los terroristas y porque una larga tradición de dictaduras hizo creer a algunos insensatos que el arma más eficaz contra el terror revolucionario es el terror de Estado.
No es así. El fin no justifica los medios. Confiamos en que las salas de exhibición y de estudio del Museo sirvan para mostrar, como decía Albert Camus, que en una verdadera sociedad libre son los medios los que justifican los fines y no al revés.
Quisiera tranquilizar a los soldados, marinos, aviadores y policías que ven con aprensión la creación de este Lugar de la Memoria. El sacrificio y el heroísmo que tantos militares mostraron durante los años del terror estarán presentes en sus salas al igual que el dolor de los civiles, porque el Museo será la casa de todas las víctimas sin ninguna excepción, sin ningún prejuicio, sin ningún parti-pris ideológico o político.
Para no seguir entrematándonos por culpa de la intolerancia y el odio, necesitamos reemplazar la irracionalidad y la inquina por el diálogo, la razón, el sentido común y la solidaridad. Que ésta sea la casa de todos los peruanos de buena voluntad que quieren vivir en paz y sin miedo, respetados en sus diferencias, sus creencias y sus anhelos, dentro de la ley, la libertad y la tolerancia. De esta manera el Lugar de la Memoria nos ayudará a alcanzar el verdadero desarrollo político y la prosperidad.
Muchas gracias.
Imagen, MVLL

Recomendación: Los artículos de Héctor Abad Faciolince


El colombiano Héctor Abad Faciolince es uno de los más grandes narradores latinoamericanos en la actualidad. Para aquellos que aún no tienen la suerte de leerlo, al vuelo les sugiero buscar dos novelas suyas que no tienen pierde: BASURA y EL OLVIDO QUE SEREMOS.

Desde hace buen tiempo sigo con interés sus artículos en el diario El espectador. Con estilo sencillo y no menos profundo el también editor y ensayista aborda los temas que prácticamente le dan la gana. Algunas veces estoy de acuerdo con él, otras no. Sin embargo, me es imposible negar la contudencia de sus argumentos. Como muestra de lo dicho, copio y pego el artículo Internet y la amenaza, publicado el pasado 5 de diciembre, con la idea de que se animen a buscar sus otras entregas y pasen a formar parte de las decenas de miles que lo leen cada fin de semana.

HACE POCO EMPECÉ UN BLOG EN ES- te periódico y —contra el parecer de algunos amigos— puse una nota sobre los comentarios que pienso desterrar de ahí. Los comentaristas del blog no pueden “decir lo que sea con absoluta libertad”, según reza el lugar común. Pues no. Al menos en mi blog las opiniones tendrán límites.
Transcribo lo que allí advierto: “Como una medida de higiene, en este blog serán borrados los comentarios racistas, chovinistas, sexistas, homofóbicos, antisemitas (…). Tampoco se le dará espacio a la amenaza, al insulto personal ni a la coprolalia”.
Yo acepto que en una sociedad abierta pueda haber publicaciones que defiendan el racismo; que digan, por ejemplo, que los negros tienen una moral más recta que los blancos o que los indios son más ecologistas que los mestizos. Si alguien quiere publicar bobadas así, lo puede hacer. Pero no estoy de acuerdo con que eso se publique en un periódico serio como El Espectador, ni siquiera en los foros de los lectores. En el foro está permitido, sobre todo porque no tenemos un moderador que se dedique a limpiar de porquería los mensajes que llegan. Pero como a los blogueros nos dan la oportunidad de manejar nuestro espacio, voy a borrar y he borrado comentarios amenazantes.
Lo mismo no ocurre aquí. Todas las semanas yo debo soportar, por ejemplo, a un calumniador fijo que insiste, domingo tras domingo, en afirmar que yo soy un secuestrador aliado de las Farc. Yo no sé de dónde saca semejante estupidez, pero como no hay en el periódico una política clara para evitar la calumnia, se le permite que cada semana divulgue la misma patraña, que sería dañina si no fuera tan ridícula.
A veces recibo amenazas personales, que no denuncio. Afortunadamente con los años a uno se le va endureciendo el pellejo, y hay estrategias de buen lector para identificar lo que son fanfarronerías de brutos que se escudan en el anónimo para intentar intimidar al que escribe. En general es eso. Pero yo considero que ni siquiera las fanfarronadas de estos falsos valientes deberían tener espacio. Tampoco debería permitírseles acusar a nuestras madres de un oficio que nunca han practicado. Hace poco, por ejemplo, algunos venezolanos me advirtieron: “Facholinche, eres un coporofago (sic). En Caracas te hemos visto reunido con lo más reaccionario de la derecha venezolana. La próxima vez te tendremos listo un tobo de mierda, colombiano hijo de puta”.
Pues bien, aunque un tobo (¿qué es eso?) debe de ser menos grave que unos perdigones de plomo, no veo por qué el periódico permite que se use su espacio para esto. En el blog yo lo borraría con un clic. También me han dicho que me van a emascular y otras veces a cortarme la cabeza. Pero ya digo, a uno le sale callo hasta en la yugular.
Escribo todo esto a propósito del estudiante preso por amenazar a los hijos del presidente Uribe. Por lo que he podido ver, se trató más de un ejercicio de brutal y tonta fanfarronería, que de verdaderas intenciones de matar a unos jóvenes que se merecerán todas las críticas que ustedes quieran, pero jamás un atentado. Le tocará a la justicia decidir si esas amenazas se merecen una amonestación o algún tiempo de reclusión. No se trata de linchar al estudiante, pero tampoco de decir que la amenaza de muerte forma parte de la libertad de expresión.
Es verdad que somos libres de expresar nuestras opiniones. Pero opinar que alguien debe ser asesinado es una opinión delictuosa, una invitación a cometer delitos atroces, y un atentado contra la convivencia. Alguna vez las Farc amenazaron de muerte a los políticos más reaccionarios de Colombia. Yo no puedo estar más en desacuerdo con lo que ellos piensan; pero aceptar su condena a muerte, o siquiera su amenaza, es ir en contra de lo más elemental que debe defenderse en una sociedad abierta. Sin ensañarse contra el estudiante que hizo por bruto esa página, no se puede ahora decir que la culpa de su prisión es del Gobierno. Y claro, ojalá detengan también a los que amenazan a Piedad Córdoba, a Carlos Gaviria o a Gustavo Petro.
Imagen, HAF

Nueva edición: EL ESCARABAJO Y EL HOMBRE



Leí esta novela de Oswaldo Reynoso en el 2001, en la edición de tapa plastificada de San Marcos. Con los años la regalé, prefiero pensar que fue así puesto que a la chica que por entonces era mi enamorada se le olvidó devolvérmela ni bien terminamos. No me hice tanto drama porque también había conseguido la primera edición de 1970. Una edición casi artesanal que tenía el aura del buen gusto en el diseño, como esas imágenes de tendencia psicodélica hechas por el melómano de jazz Jesús Ruiz Durand.

Para nadie es un secreto que con esta novela Reynoso hizo gala de un gran logro técnico, el cual no ha podido igualar ni superar en otros títulos, lo que no es poca cosa, si tenemos en cuenta la suma importancia de LOS INOCENTES y EN OCTUBRE NO HAY MILAGROS, por ejemplo.
Muchos conocemos de sobra los pormenores del silenciamiento que recibió esta novelita, no es más que una irrefutable muestra de la retahíla de sentimientos menores que por desgracia aún persisten en el ambiente literario local. Aún así, ya sea por el indudable talento y, por qué no decirlo, la merecida suerte del autor, gozamos hoy de una nueva edición por cuenta de la editorial Casatomada en su colección Clásicos Peruanos Contemporáneos.
Volver a estas páginas me confirman una vez más la frescura del estilo reynosiano, enriquecido por un natural espíritu disidente que toda obra de ficción debe supurar. Destaquemos también la vigencia de los tópicos que se desarrollan en los dos niveles narrativos intercalados, en clara señal de que las taras de la sociedad de entonces permanecen impermutables.

viernes, diciembre 18, 2009

Los Saicos, el documental


El miércoles 23 se estrena en Londres el documental SAICOMANIA. Bueno, espero que no tarde mucho su llegada a Lima. Los dejo con el trailer.

jueves, diciembre 17, 2009

martes, diciembre 15, 2009

Jueves 17. Presentación de PODERES SECRETOS, de Miguel Gutiérrez


Este jueves 17, a las 5 de la tarde en la Casona UNMSM (en Parque Universitario), la editorial huancaína Bisagra Editores presenta la reedición del polémico libro PODERES SECRETOS, de Miguel Gutiérrez.
Para mayor detalle, clic en la imagen.
Las gracias a David Abanto de la editorial Norma.

Sobre DEMOLER en Siente Mag


DEMOLER, un viaje personal por la primera escena del rock en el Perú 1957 – 1975 es la obra que llega a nosotros gracias al narrador nacional Carlos Torres Rotondo. En este viaje al pasado del rock nacional, Carlos va al rescate de las bandas y la buena música que se produjo en aquellas épocas.

En este libro se mencionan importantes grupos que dieron al rock nacional el status de internacional. Podemos ver información de Los Millonarios del Jazz, considerados como el primer grupo de rock peruano, aunque cantaban en inglés, de Los Incas Modernos, del puerto del Callao, quienes editarían el primer disco de larga duración de la historia del rock peruano con composiciones propias, como también con versiones súper fantásticas del folclore nacional. También están los miraflorinos de Los Sunset, Los Zodiacs o Los Kreps. Los Saicos, unos auténticos adelantados a su tiempo, desafiaron todas las reglas, sacando los singles más salvajes, ruidosos y gritones de la década, anunciando la llegada del punk peruano. Los Belkings; primera banda de rock instrumental de Latinoamerica y única en el mundo, que le pisaba los talones a The Shadows y The Ventures. Traffic sound, uno de los grupos más importantes del rock peruano, que llegaron incluso a tocar en Chile, Argentina y Brasil, Black Sugar, responsables por la mayoría de las grabaciones de música de garaje y psicodélica en el Perú. Y así muchas bandas más dignas de aparecer en esta publicación.
En una entrevista realizada por Gabriel Ruiz Ortega, Carlos cuenta que para la realización del libro estuvo investigando de 1999 a 2001, encerrándose en hemerotecas y entrevistando a músicos en persona, por chat y por teléfono, y todo ello sin financiamiento alguno, solo costeado por sus ganas de mostrarnos una generación de músicos que hicieron del rock peruano un orgullo latinoamericano. Habla sobre la decadencia del rock no solo en el Perú sino a nivel latinoamericano, que se dio por obra de las políticas de la época y dice “el poder, la sombra económica que gobierna desde detrás de la política, exterminó, anuló, aburguesó, quemó y mató a una generación hermosa que de todas maneras hubiera hecho un mundo mejor”.

Con más de doscientas páginas de información, fotografías y hasta una lista discográfica de la época, este libro es demasiado recomendable. No te pierdas el conversatorio y recital musical DEMOLER el 10 de diciembre en la Feria del libro – Auditorio Julio Ramón Ribeyro a las 8.30.
Publicado en Siente Mag

Roberto Gagliardi sobre DEMOLER (Blog del Fanzine Sótano Beat)


Hace unos pocos meses salió a la luz el texto que aquí comentamos, un libro que, no dudamos, será de obligada consulta para la juventud sana y estudiosa del presente y el futuro.

Carlos Torres desarrolla la novela-ensayo con una prosa ordenada y lineal de principio a fin, lo que hace que el texto se lea concatenadamente de un solo tirón y con avidez, nuestras sinceras felicitaciones ante el esfuerzo desplegado.
Un detalle importantísimo es que este texto hasta ahora constituye el primer ensayo publicado que aborda correctamente el proceso de inicio del Rock en el Perú, retrotrayéndolo hacia el año de 1957, mérito que ningún otro libro ha señalado, hasta la fecha.
Los elogiosos calificativos que dedica a nuestro fanzine no pueden ser menos que agradecidos. Carlos, a quien hemos tenido el gusto de conocer personalmente en el último año, nos ha dejado muestras claras de sencillez y de una pasión enorme por entender nuestro trabajo. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento para el compañero de ruta.
Publicado en el blog del Fanzine Sótano Beat

Rafael Cruz Huertas sobre DEMOLER (Diario La República - Sur)


Crónicas demoledoras

Rafael Cruz Huertas

Toda historia está sujeta a interpretaciones, sobre todo cuando esta se pierde en el olvido colectivo o la insuficiencia de registros para corroborar versiones orales. La historia del rock peruano sigue ese derrotero, plagado además de chauvinismos, cuando no de excesos y omisiones. Nada entonces que acudir a las fuentes.
Precisamente esa fue la labor de Carlos Torres Rotondo, que lo llevó a publicar “Demoler” (Revuelta Editores), narrando el apoteósico nacimiento del rock peruano y las intrigas de emblemáticos grupos desde 1957 hasta la mitad de los setenta.
El texto de fácil lectura desbarata mitos y aclara imprecisiones como aquella que si bien se reconoce calidad a muchos grupos de esa época, esta no solo se circunscribía al territorio patrio. Los viajes de Los Golden Boys (Ecuador), Los Dolton´s (Bolivia), Traffic Sound (Brasil, Argentina, Chile) o Los Mad´s (Inglaterra), invitados por los propios Rolling Stones –de vacaciones en el verano de 1969 por Lima- dan fe de ello.
Y como no debe mirarse desde los ojos de la capital, “Demoler” dedica un capítulo a grupos como Los Sideral´s de Ayacucho, Los Spectros y Trebol del Cusco, Águilas de Trujillo, Teddys de Iquitos, así como los Incógnitos y Texao de Arequipa; aunque la omisión en esta última ciudad de los progresivos “Free Love” es imperdonable.
Aún así la visita del autor, anunciada para la próxima Feria del Libro, promete expectativa entre los entendidos y seguidores del género, porque empuñar una guitarra con una mano mientras la otra sostiene un libro, no debe llamar la atención, como tampoco libros de contracultura que también aportan con su idealismo a una sociedad más justa.
Publicado en el diario La República - Sur

lunes, diciembre 14, 2009

Francisco Melgar sobre DEMOLER (Luces - Diario El Comercio)


Por: Francisco Melgar Wong

El escritor Carlos Torres Rotondo acaba de editar esta minuciosa historia de la primera escena rockera del Perú. La narración, que incluye algunos pasajes autobiográficos de espíritu literario, se inicia en 1957 con el lanzamiento del primer 45 rpm de un cantante de rock nacional (Mike Oliver y su “Mambo Rock/Razzle Dazzle”) y prosigue ininterrumpidamente a lo largo de casi dos décadas, hasta el lanzamiento del último larga duración de esa primera hornada de músicos: el Vol. 2 de “Telegraph Avenue”. A través de entrevistas, documentos y un endiablado estilo de escritura, Torres nos cuenta la historia de los principales grupos que aparecieron en el Perú de esos años.
Allí están los fundacionales Saicos, cuya emblemática canción de guerra da nombre al libro; los siempre mutantes Shain’s de Pico Ego Aguirre; los impecables Belkings, considerados por la crítica especializada como uno de los mejores grupos de rock instrumental en todo el mundo; los altisonantes Yorks de nuestro Iggy Pop: Pablo Luna; el auge y la caída del excéntrico y autodestructivo Troglodita; los misteriosos Mad’s, cuyas desventuras en Londres al lado de los Rolling Stones y Jimi Hendrix constituyen el imprevisible centro nervioso del libro y —cómo no— la sinuosa y nebulosa historia de Traffic Sound, una de las mejores bandas de la época.
Un libro imprescindible para aquellos interesados en el rock, en la historia del Perú contemporáneo y en la evolución de las culturas juveniles latinoamericanas de finales del siglo XX.
DEMOLER
Autor: Carlos Torres Rotondo
Editorial: Revuelta
Nacionalidad: Peruana
Publicado en El Comercio

sábado, diciembre 12, 2009

DEMOLER. Crónica de una apoteósica, histórica e inolvidable presentación


En el interesante blog Por la ruta del Beatnik, de Renzo Sánchez, acaba de aparecer una crónica sobre la presentación del libro del año: DEMOLER, de Buco.

Para todos los que estuvimos el pasado jueves en la noche en la Feria Ricardo Palma, difícilmente se nos olvidará lo vivido.
Antes de dejarlos con el texto de Sánchez, quiero agradecer a Ina Mayushin, encargada de la sala Julio Ramón Ribeyro; a su asistente María Candiotti y a los dos patitas del sonido. Y por supuesto: a Emma Rotondo y Santiago Alfaro. Sin ellos, no se hubiera logrado el mejor de cierre de feria en años (es lo que no pocos me dijeron y puedo dar fe de ello). Mil gracias por su apoyo.
...
Carlos Torres Rotondo presentó "Demoler" durante la clausura de la "Feria del Libro Ricardo Palma", y lo hizo rodeado de los dinosaurios más emblemáticos del rock nacional, y ante una de las audiencias más numerosas que se haya registrado en el conglomerado cultural llevado a cabo por primera vez en el vértice del Museo de la Nación.
El escritor quien durante su disertación estuvo flanqueado por Roman Palacios, integrante de la legendaria banda Los Yorks y Saúl Cornejo factotum de New Juggler Sound, Laghonia y We All Together, sostuvo que la obra es por naturaleza un libro "colectivo y familiar" porque congrega toda clase de vínculos, desde las musicales, hasta las personales e incluso familiares ya que logró conectarse con las viejas glorias de la música y a su vez, reconectar a éstas entre sí. "Demoler implica que tenemos mucho que construir" explicó, refiriéndose a que es necesario preservar la memoria colectiva más aún cuando después de 40 años la música de ésta generación ha sido redescubierta concitando la atención mundial.



Demoler" narra los cimientos del rock nacional desde 1957 hasta 1975 y en el, se encuentra registrada la más diversa, colorida y exquisita información que los propios artistas de la época, fueron despachando a través de entrevistas que Torres Rotondo fue recopilando periódicamente hasta sumergirse entero en la elaboración del libro -que dicho sea de paso- fue escrito en un período personal muy dificil que tuvo que afrontar durante su estadía en España. Ironizando un poco el tema, dijo que se trataba de un "esquizolibro".

En otro pasaje de la presentación Roman Palacios halagó el trabajo minucioso del escritor y no escatimó en destapar controversia al expresar su inconformidad por la manera como había sido abordado el tema de Los Yorks en un anterior libro (de otro autor) sobre los orígenes del rock nacional. Palacios sostuvo que no se le hizo consulta ni entrevista alguna a ningun miembro de Los Yorks en referencia a que los trajes que usaban, según cosigna dicha publicación, habían sido confeccionados con mantel de mesa.
Palacios explicó que no era cierto y que esos trajes habían sido confeccionados primero en Gamarra y después en una de las tiendas de telas más exclusivas del Jirón de La Unión, además, sostuvo que se trató de una maña para menospreciar a Los Yorks en la que el autor se coludió con un "informante" que al parecer, según dejó entrever, se trata de otro músico pero de una banda rival de la época.
Fiel a su espíritu controversial Palacios respaldó la postura contestataria del rock n roll frente al sistema e incluso hizo mención a una frase que le quedó grabada a Torres Rotondo; "nosotros nos tirábamos a nuestras guitarras".
Por su parte, Saúl Cornejo, empezó su speech parafraseando el lema de Los Yorks, "en cambio, nosotros les hacíamos el amor a las guitarras". El fundador de New Juggler Sound, Laghonia y We All Togehter dijo que en esa época había un respeto mutuo entre los músicos y que aquellos tiempos comparados con los de hoy eran de absoluta inocencia, también manifestó que la motivación de cantar en inglés era por que querían que su música se escuchara más allá de las fronteras.
Al finalizar la presentación Carlos Torres Rotondo saludó a Pancho Guevara, baterista de Los Saicos, quien se levantó de su asiento para saludar a los presentes llevándose estruendosas palmas de reconocimiento por parte de músicos, periodistas, seguidores, adultos y adolescentes que se encontraban entre el público. En seguida, invitó a todos los músicos presentes en la sala para que se acerquen a la mesa de conducción desatándose un emotivo momento "kodak" de antología, en la que se ven reunidos músicos de Laghonia, Los Saicos, Pax, The Mads, Los Yorks, Telegraph Avenue, entre otros.
El libro trae consigo un CD editado por el sello Repsychled que recopila grandes éxitos de bandas de esas épocas.
Imagen de entrada, tomada de Por la ruta del beatnik